0 comment

Banco de España, poca broma

“No puedes escapar de la responsabilidad de mañana evadiéndola hoy” (A Lincoln)

ADOLFO JMF

El reciente informe lanzado por el Banco de España sobre la situación económica de nuestro país sería motivo suficiente -sin entrar ya en consideraciones políticas sobre la cohesión territorial o la unidad de la nación-, para que los ciudadanos tomásemos nota –que diría Susana Díaz- el próximo día 28 de abril. No se trata ya de “el que venga detrás, que arree”, que es a lo que juega mucho Sánchez y sus confluencias, pues llegará un momento en que la situación política y social española sea tan endiabladamente confusa que daremos con el Salvini de turno; y el agujero fiscal tan insostenible en la Eurozona, que no tenga arreglo sin un abrupto hachazo al sistema de protección social, ay; y las alegrías electorales de hoy son el hambre de mañana. Así que, poca broma con las previsiones del Banco de España.

Sin entrar -ya digo-, a valorar la situación política de Torra y sus desafíos constantes al Estado, el Banco de España acaba de desmontar el edulcorado legado de Sánchez, y nos advierte de un freno al Producto Interior Bruto, o sea, a la economía y al empleo, y por tanto, causa de menos ingresos vía recaudación impositiva; nos advierte también de más paro y de un déficit descontrolado. El Banco de España y 16 expertos prevén un desvío de 12.000 millones de euros de déficit  este año de ‘viernes electorales’.

Aplicando la máxima de Carmen Calvo, esa que dice que el dinero público no es de nadie, habría que preguntarse: y los recortes ¿de quién son? El dinero público no es de nadie, pero los recortes son de la clase media de este país, la que cotiza y sostiene con sus impuestos y su consumo todo el sistema, la que levanta la persiana cada mañana, la del pequeño empresario y la del autónomo, la España que aparenta ya díscola y desatada, atormentada y en posición de castigo político permanente por un tinglado que parece ya no va con ella.

Pronto se nos ha olvidado aquella gestión de Zapatero que primero negó la crisis y a continuación congeló pensiones, subió impuestos y rebajó las retribuciones salariales de los funcionarios. No hace tanto, pues corría el año 2010. Camino vamos de una situación parecida si, finalmente, los españoles en la próxima convocatoria electoral no acertamos con el diagnóstico y la solución a una situación de la que el Banco de España acaba de detectar unos síntomas implacables: “No existe ningún tipo de estrategia de consolidación fiscal”/”España seguirá sufriendo unos de los déficits más abultados de la Eurozona”/”La creación de empleo, como el crecimiento económico, se están ralentizando…”.

El enorme esfuerzo de recuperación económica y social que protagonizó el Ejecutivo de Mariano Rajoy, por su supuesto, de la mano de la sociedad española, pero con la incomprensión de la mayor parte de los llamados agentes sociales e incluso de fuego amigo, ha sido quebrada de raíz por un socialismo al Sol, de decretazos electorales, que pone en jaque de nuevo a nuestro país (cuando decimos país hablamos de Sanidad, Empleo, Educación, Universidad, Seguridad Social, Pensiones…), y eso, sin entrar en más consideraciones políticas. No lo digo yo. Lo dice el Banco de España. Su último informe es lo suficientemente demoledor como para no lanzar la moneda al aire en las próximas convocatorias.

Un país que crece económicamente es más fuerte en su sistema público de protección social, sencillamente porque el Estado recauda más; un país que ancla su PIB en el déficit y en la memoria histórica es, decididamente, más débil en su cobertura a las personas más necesitadas, por mucho que la propaganda diga otra cosa. Cuatro años más de Sánchez y sus confluencias supremacistas no los resistiría este país, porque el dinero público, contrariamente a lo que piensa la vicepresidenta Calvo, es de todos, y los recortes, claro, también.