No podía pensar que le quedara tanto cinismo e impudor a este individuo, Barreda, que después de dejar la Región, apareciese después de dos meses, oculto, tapado y misig, y viniese a exigir explicaciones por las razonadas y demostradas denuncias, que los responsables del PP han realizado sobre su actuación como presidente de la Junta.
¡Hay que tener morro en lenguaje de los modernos!, que quien ha dejado a la Región en una situación de banca rota, se ponga ahora dar lecciones de cómo se administra a una Región, o a criticar y a difamar a quienes, como Cospedal y su gente, vienen con un plan estudiado de austeridad, con el intento de que por lo menos en dos años, los ciudadanos de esta Región, nos tendremos que apretar el bolsillo para salir de la crisis heredada por estos manirrotos socialistas, encabezados por el nefasto Barreda.
Lo que se han encontrado los del Partido Popular, en deudas, facturas sin pagar escondidas en cajones, la desaparición de medios puestos a su disposición para ejercer su trabajo, y ahora, no devueltos, teléfonos, ordenadores, documentos oficiales, todos ellos de propiedad pública que parece más propio de quincalleros, que de miembros de un partido democrático.
Barreda se ha borrado de ser miembro del Senado en representación de la Junta, porque quiere poner tierra de por medio. Eso de tener que estar en Toledo cada mes, e informar de su trabajo, era superior para sus fuerzas, después de haber dejado la Región en la más absoluta miseria, ahora, será diputado por Ciudad Real, y en Madrid, tapado y escondido donde siempre ha tenido su domicilio.
Su pase a diputado por Ciudad-Real ha recordado las viejas historias donde los conyugues se sucedían así mismos en los cargos, cuyo ejemplo más reciente lo encontraríamos en Argentina, con el matrimonio Kirchez, que se sustituían en los puestos, siendo objeto del cachondeo de toda la comunidad democrática.
Ahora, nos hemos enterado que Barreda presentó un plan de austeridad antes de perder las elecciones, con un informe ante las autoridades de Hacienda y Economía, en que privatizaba, si nos descuidamos, a la Región entera, autovías, residencias de ancianos, hospitales, y por poco hasta cuarteles de policía y guardia civil, menudo pájaro, y parecía que no mataba una mosca.
Si el gobierno de Cospedal quiere tener toda la confianza de este pueblo, que es el suyo, debe llevar hasta sus últimas consecuencias ante los tribunales que correspondan, a toda esta gente, y que respondan de sus actos.