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De la abdicación y otros temas.

El próximo jueves 19, antiguo día solemne del Corpus, se oficializa la llamada abdicación, o en la mentalidad de los modernos y progres que hoy pululan por todos los escenarios de España, se trataría  traspaso de poderes de un monarca, Juan Calos I, a su hijo y sucesor, Felipe VI, hasta ese día, Príncipe de Asturias, en una ceremonia que por lo que se viene informando más parece un acto clandestino, que el solemne, que todos los españolitos de a pie, esperaban.

¿Quien ha diseñado el programa del solemne día? ¿A que, o, a quienes se les tiene miedo? ¿Quien a sugerido u ordenado, que a dicho acto de proclamación, el Rey, D. Juan Carlos no asista?

Ni misa solemne, ni tedeum, ni asistencia de representantes de países extranjeros, aquí todo en silencio, y poco menos, que a escondidas, y si fuese posible, que no lo  retransmitiera ningún medio de comunicación, todo quedaría muy intimo. Yo no reivindico un acto donde todos los cortesanos y adyacentes muestren sus títulos y gracias, pero que  se haga a oscuras, solo le puede interesar a un  atajo de  modernos progres, y algún que otro gilipollas hay en este país.

El Rey D. Juan Carlos, ha tenido un gesto de generosidad, que no se si alguna vez los ciudadanos sabremos agradecérselo, en toda su extensión, han sido estos últimos años un arrastrarse por salones, calles y plazas, con un sufrimiento imposible de soportar, ha viajado por el mundo entero acompañando a empresarios y todo tipo de ciudadanos  con el fin de ayudarles a abrir mercados, a popularizar la marca España, ha estado con la sociedad cuando lo ha necesitado, al mismo tiempo que ha tenido que superar no pocos problemas familiares como fueron las actuaciones del caradura del yerno titulado Duque de Palma y los provenientes de las distintas operaciones medicas realizadas, que por el tiempo transcurrido, no parece que le hayan dado la mejoría que se deseaba.

Una minoría de diputados integrantes del separatismo y de la conocida izquierda extrema,  han dado un ejemplo propios de ciudadanos de un país bananero, en la forma de expresar el sentido de su voto, tanto en la exhibición de pegatinas, carteles, así como en sus vestimentas más propias de un circo, que del lugar donde se encontraban  en el preceptivo momento que la Constitución lo exigía, desde el estrambótico Cayo Lara, al nuevo descubrimiento del millonario dueño de las TV Sesta y Cuatro, Sr. Lara, en la grosera intervención  de Pablo Iglesias que en aras al sagrado principio de la libertad de expresión, se pueden decir todo tipo de groserías.

D. Juan Carlos ha cumplido sobradamente con los deberes contraídos cuando hizo el juramento en las Cortes Generales a título de Rey, se supo ganar el afecto y respeto de la mayoría de los ciudadanos, ha trabajado lo que ha podido y por supuesto, lo que le han dejado, que ¿han habido sombras? por descontado, pero son muchas más las luces y el trabajo bien hecho, que cualquier cosa que se le quiera adjudicar o achacar, por quienes no pudieron tener de él alguna prebenda o titulo.      

 P.D. No quiero terminar este trabajo, sin dejar de referirme a la extraordinaria actuación que ha tenido el Secretario General de los socialistas, quizás sea su último servicio a España, como tal, pero la actuación de Rubalcaba ha sido en este tema de matrícula, ha demostrado ser un político con mayúscula y en el futuro debate político seguro estoy, que se le echará de menos.