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EL MUNDO ASEGURA QUE BARREDA INFLÓ CONTRATOS PÚBLICOS PARA PAGAR CAMPAÑAS DEL PSOE

 

La Junta de Castilla-La Mancha adjudicó contratos públicos inflados a Cuadrifolio y luego esta empresa organizó con el dinero sobrante actos y campañas electorales del PSOE, según denuncia hoy el diario El Mundo.

Esta es la información que recoge el periódico nacional:

Cuadrifolio es un conglomerado de sociedades dedicadas al montaje de eventos y, más concretamente, al de stands, que es su verdadero objeto social. La Junta presidida por Barreda adjudicó al holding controlado por el filosocialista Manuel Téllez varios millones en procesos amañados.

Unas veces se troceaba el importe total en facturas de menos de 12.020 euros para sortear la vieja Ley de Contratos, otras se optaba por la figura del convenio para otorgar el contratoa dedo-tal y como se hizo con Urdangarin en la Comunidad Valenciana y en Baleares- y en algunas se vestía el santo con dos empresas amigas que ejercían el papel de competidoras de Cuadrifolio.

La simbiosis era tal que se empleaba el mismo mobiliario para los actos de la Junta y del PSOE. Simplemente, se cambiaban los logos. Y, por si fuera poco, Cuadrifolio tenía una minioficina en la Consejería de Economía.

Uno de los epicentros de la nueva Filesa del PSOE estaba en Castilla- La Mancha. Y, más concretamente, en la etapa (2004-2011) en la que el socialista José María Barreda presidió la Junta de Comunidades, tal y como han atestiguado a EL MUNDO varias personas que estaban en la cocina de la financiación presuntamente irregular del PSOE.

Y, como antaño, hacía falta una empresa o grupo de empresas que se prestase a ejecutar las tareas de maquillaje. Así como en la anterior etapa de financiación del partido de la calle de Ferraz este rol corría a cargo de Filesa, Malesa y Time Export, ahora lo desempeña el grupo Cuadrifolio, propiedad de Manuel Julián Téllez López, empresario muy cercano a la cúpula del PSOE.

Manuel Téllez, experto en la construcción de stands para eventos que empezó su carrera profesional en el gremio de la carpintería, ha empleado para estas tareas varias sociedades además de la matriz, Cuadrifolio Sociedad Anónima. Se trata, entre otras, de Acanto Construcciones de Decorados, Emporio Ferial y Cuadrifolio Diseño.

El modus operandi era básico, pero durante años se demostró infalible. Cuadrifolio o cualquier otra de las sociedades de Téllez se presentaban a un concurso en Castilla-La Mancha para organizar todo tipo de eventos y sistemáticamente salían elegidas. Los precios eran dos, tres y, en algún caso excepcional, hasta 10 veces superiores a los de mercado -beneficio empresarial incluido- y con ese remanente se pagaban luego los actos del PSOE y las campañas, especialmente onerosas en una comunidad autónoma que cuenta con 919 municipios y cinco provincias, amén de una extensión de 79.000 kilómetros cuadrados.

Claro que también había ocasiones en las que ni siquiera se convocaba concurso o en las que se convocaba a posteriori, es decir, después de haberse producido la adjudicación y de que Cuadrifolio hubiera iniciado los trabajos.

Otra figura de la que se echaba mano para que resultase agraciado el holding de Téllez era el convenio. Este procedimiento sortea la libre concurrencia y, por ejemplo, es el que emplearon Camps y Matas para dar a dedo más de seis millones de euros públicos a Iñaki Urdangarin en la Comunidad Valenciana y en Baleares.

Existe una tercera fórmula, que constituye un fraude de ley en toda regla. La de trocear todo el importe en un sinfín de contratos inferiores a 12.020 euros, que era entonces la cantidad por debajo de la cual no había que convocar el preceptivo concurso. En 2007 se endureció la ley situándose el umbral en 18.000 euros. Para muestra un botón: una adjudicación de servicios de 110.000 euros se dividía en 10 de 11.000 y la Intervención no podía decir ni mu. «Los interventores de la Junta nunca pusieron el grito en el cielo con Cuadrifolio, jamás pidieron una explicación, pero por si acaso vestíamos el santo. Aunque, eso sí, hubo casos en los que la adjudicación oficial era posterior a la real. Vamos, que empezábamos los trabajos y luego nos los encargaban», reconocen varias de las personas que participaron en los tejemanejes que han servido para financiar al Partido Socialista.

Buena parte de la culpa de que Cuadrifolio haya trabajado durante años en Castilla La-Mancha sin despertar la más mínima sospecha de la opinión pública en general y de los órganos fiscalizadores y la oposición en particular la tiene la discreción de Manolo Téllez. Se trata de un personaje muy popular entre bastidores, tanto en Ferraz como en la subsede socialista de Gobelas, en la lujosa urbanización capitalina de La Florida -ahora alquilada por los problemas financieros del PSOE-, pero desconocido para el gran público. Al punto de que tan sólo hay dos imágenes suyas en la red, ambas de muy mala calidad y en las que aparece moviendo el rostro para difuminar la pista.

Una de las pruebas más llamativas de la simbiosis entre Cuadrifolio, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y el PSOE es que el material que se usaba para los actos institucionales de la autonomía presidida por José María Barreda era exactamente el mismo que luego se destinaba a los actos de partido, no sólo en la región sino en toda España. Se cambiaba el logo, pero el mobiliario era sistemáticamente idéntico. Era un mismo maniquí sobre el que luego se colocaba un traje u otro, el del PSOE o el de la Junta, en función de las circunstancias. El material se guarda en la nave de 20.000 metros cuadrados que el grupo posee en el polígono industrial Las Arboledas de la localidad de Illescas.