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INDIGNACION, ADMIRACION, ENVIDIA

A lo largo de estos últimos días estos sentimientos han aflorado en mí de una manera absoluta, estos atentados que han sucedido en Boston, al igual que los cometidos en otros lugares causan indignación y dolor por las victimas que los padecen y por las consecuencias que dejan.

INDIGNACION. No existe ningún tipo de justificación  política o religiosa que pueda excusar  un crimen de esas características, un asesinato masivo e indiscriminado, un asesinato múltiple, en el que se busca llamar lo más escandalosamente la atención. Si un asesinato de una persona cualquiera que fuese su justificación es reprobable, cuanto más lo será uno múltiple, en el que ciudadanos inocentes, son sorprendidos por unas manos criminales, con los pretextos, tanto de índole político como religioso, perdiendo la vida. Aquí, en nuestro país, vivimos el mayor atentado de nuestra historia, conocido como el 11-M, cuyas huellas y dramatismo aun duran, y cuyos autores, tanto materiales como intelectuales aún se discute en los medios de comunicación y en la sociedad misma

ADMIRACION. La información que nos ha llegado desde Estados Unidos del atentado de la maratón de Boston, tanto a través de las distintas televisiones, así, como de los medios escritos, han puesto de manifiesto lo rigurosos e inexorables que son los americanos en la lucha contra el terrorismo, han estado vigilantes y alertados en todo aquello que podía afectarles en su seguridad y mucho más, desde los atentados de las Torres Gemelas, desde el primer momento, publicitando todo aquello que podría ayudar a detener a los terroristas, manteniendo ruedas de prensa en el mismo lugar de los hechos, actuando los responsables locales de las fuerzas de seguridad, el propio Presidente de la Nación, se dirigió al país para llevarle tranquilidad y seguridad, en aquellos momentos, asegurando, que no se tenía información de quienes eran los criminales, pero, que el pueblo americano tuviese la certeza, de que los terroristas, muy pronto serian detenidos, y conducidos ante la justicia, como así, ha sido.

Envidia. ¿Cómo no tenerles una envidia sana al ver como resuelven todo aquello que afecta a la seguridad de sus ciudadanos. ¿Cómo no tenerles envidia sana al contemplar  como el pueblo se une y colabora con las fuerzas de seguridad, en la búsqueda de los criminales? ¿Cómo no tenerles una envidia sana al contemplar que ni una sola voz,  del partido de la oposición, republicanos, sindical, religiosa o de otro carácter ha aparecido criticando las medidas adoptadas por quienes están legalmente autorizados a capturar a los asesinos?

Después, cuando se haya resuelto el crimen, vendrán los comentarios, las críticas, la petición de responsabilidades si las hubiera, y será la hora en la que el Gobierno dé las explicaciones necesarias y suficientes.

Es de vergüenza, que en el mayor atentado por el que este país ha pasado, la voladura de los trenes, el atentado de Atocha, si  el de 11-M, aún no se conozca lo que realmente pasó, cuando aún estaban los cuerpos sin identificar, por parte de los partidos de la oposición, y sindicatos, se llamaba al” Gobierno asesino” o que el “Gobierno miente” y se pedía que la ciudadanía se echara a la calle. Como dato final, hay que señalar que los aniversarios de aquel acontecimiento, se celebran funerales y actos recordatorios de distinto calados e interés partidista, cada uno por un lado, y bajo distinta bandera,  igual que lo ocurrido que en Estados Unidos, una sola bandera, un solo himno y un solo llanto

Qué envidia de país, de oposición, de prensa, de sindicatos, de ciudadanos etc. etc. etc.