No faltaron las ensaimadas.- El Alba se medía al Mallorca y Pedro, Dani Bleda, Juan o Javi se llevaron los obsequios del equipo rival. Por supuesto, no podían faltar las ensaimadas, tan características de la isla, ni Samu que es como ‘un niño grande’ haciendo cuernos por detrás de la foto. El buen rollo se notaba tras la contundente victoria.

Hubo celebración.- Cuando ya no quedaba nadie en el estadio (y entrando con permiso) vimos restos de que había habido celebración en el vestuario. No era para menos, después de que al equipo incluso le hayan sobrado jornadas para mantenerse en Segunda.

Miquel Soler lo presagiaba.- Mientras Núñez, Pulido y Rubén Cruz entrenaban en el Belmonte, al entrenador del Mallorca ya le vimos en el terreno de juego cabizbajo, como si presagiara la derrota. Faltaban estos tres puntales y aún así les dimos un baño.

Rubén Cruz celebró el gol a lo Raúl.- El delantero andaluz anotó el tanto del 2-1, un golazo con gran calidad técnica y lo celebró como lo hacía el mítico Raúl González en el Real Madrid. Lástima que el gol no nos diera finalmente la victoria.

Dorronsoro se ‘dejó’ los guantes.- Llevaba poco tiempo el guardameta Dorronsoro con estos guantes muy llamativos y no los tendrá mucho más, al menos estos. Al terminar el partido, acabó regalándolos a la afición.

Garrido, tan orgulloso del césped.- Solemos ver cada jornada al presidente del Alba muy preocupado por el estado del césped de cada estadio donde juega el Alba y siempre tan orgulloso del que hay en el Belmonte. Esta vez hasta lo fotografió con su móvil.

Gesto de capitán.- Nada más terminar el partido, Dorronsoro y el ‘capi’ Noguerol se fueron a abrazar a Diego Rivas, que pasó momentos complicados tras encajar los dos goles. Un gran gesto por parte de ambos.

¡No hay manera!.- Samu después de que Agus le sacara el balón que iba a gol con la cara, miraba con gesto de querer decir algo así como que “no hay manera de colar gol, hasta con la cabeza me lo paran”.

Moutinho, ‘pistolero’.- Fue clave cuando salió al terreno de juego para dar la victoria al equipo y se retiró al vestuario con las espinilleras a modo de ‘pistola’ del oeste. Valiente vaquero que con sus disparos revolucionó para bien al equipo.