Parece mentira pero si echamos cuentas resulta que el actual Presidente del Gobierno es el que más canalladas, infamias e insultos, después de Adolfo Suarez, recibe, ¿Cuántos años de democracia llevamos? Calculen ustedes mismos.
No se podía pensar que un Presidente de un país como el nuestro, estaría sometido a tanta crítica personal, los insultos son el pan diario y nadie por lo menos en lo personal ha puesto remedio.
A Rajoy tanto desde fuera de su órbita, como la oposición, que tiene esa labor, la de controlar todo lo que hace el Gobierno, como la crítica despiadada que le hacen dentro de su propio partido, no porque se haya desviado de los principios que inspiraron al PP, sino porque se huelen de que ya no figuraran en las próximas listas electorales y rompen por lo más fácil, criticando al jefe, de haber abandonado las esencias más puras del ideario del partido, convirtiéndose en guardianes de sus principios.
Rajoy ha debido superar muchas pruebas y tragos difícil de asumir y aceptar, ha tenido que cargar con muchas responsabilidades que eran de otros, y encima, tener que callarse, ha tenido que asistir a actos de muy difícil superación como por ejemplo el último congreso del PP valenciano celebrado en Peñiscola, (Castellón) levantar la moral de los afiliados y simpatizantes, que nunca le han dado la espalda, pero tener que estar en una mesa presidencial, donde la mayoría están imputados y procesados por corrupción, hay que echarle mucho “ huevos que diría aquel”
Su tranquilidad, serenidad, ha sido interpretada de una manera miserable e interesada por sus mismos compañeros de partido, como los de la oposición política, como síntoma de dejadez, desidia o pereza, y todo ello apoyado por dos medios de comunicación de transcendencia nacional, uno por que no le ayuda a pagar los miles de millones de euros que debe a los bancos, y el otro, porque no se somete a consultar y someterse al autor de las homilías domingueras sobre cómo debe actuar en su tarea política.
Luego, está la oposición, que tiene la obligación de controlar la labor de Gobierno, pero no hasta el punto de no aceptar nada de Rajoy y confundir lo que es una crítica política con los insultos, sobre lo holgazán, lo indolente o perezoso que es el Presidente del Gobierno.
Y lo que es triste y lamentable, que con la única excepción de la Vice- Presidenta Soraya Sáez de Santa María Mª Dolores de Cospedal, nadie, absolutamente nadie, salga a dar la cara por su jefe, de vergüenza.
En el llamado caso Gurtell, y en el conocido y repugnante caso Bárcenas, se ha intentado que le afectara y le manchara, sin que se haya encontrado eco en la sociedad civil, las encuestas que diariamente se hacen, así parece señalarlo, sin importar mucho las veleidades y traiciones de los Alejo Vidal, Mayor Oreja, y María San Gil, cada uno en su parcela, creyéndose herederos de las más puras esencias del Partido.
El Rajoy sigue trabajando por lo que cree que más interesa y conviene a los ciudadanos, ya queda lejos aquellos días en los que muchos de estos, solicitaban que pidiese el auxilio de Europa, y que nos rindiésemos a los hombres de negro, los malos augurios que se ceñían sobre nuestro país no se han cumplido, y eso en gran medida ha sido gracias a ese hombre bueno, tranquilo, sereno, y templado que se llama Mariano Rajoy.