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Un halo de esperanza para 400 familias albaceteñas en el recurso que sufrió el robo de aceite

El grupo de unos 15 voluntarios que atienden los locales parroquiales que Cáritas tiene en el número 21 de Hermanos Falcó, en Albacete, acuden cada martes a la cita con las cientos de familias de la ciudad a las que reparten alimentos básicos. Aunque desde hace alrededor de un mes, con el pesar por no poder entregarles ya aceite, tras el robo que sufrieron y que les avanzamos en Masquealba.

Profundamente agradecidos por el interés que la noticia ha generado, que acabó en informativos nacionales y ha despertado una corriente de solidaridad por parte de entidades como la FAVA, que está recogiendo aceite en los centros socioculturales que después ellos podrán recoger, nos muestran sus instalaciones. Lamentan que, al mismo ritmo en que la crisis ha hecho que cada vez atiendan a más familias, ha bajado también el volumen de los productos básicos que almacenan aquí, por lo que aprovechan para hacer un llamamiento a la solidaridad en las donaciones.

José Manjavacas, uno de los voluntarios detalla que los martes es el día que tienen fijado para el reparto. Y explica que aquí atienden a unas 400 familias, lo que supone entre 2.500 y 2.600 personas. Les reparten alimentos básicos como puede ser leche, lentejas, garbanzos, arroz, pastas, atún, patatas o pollo. Y lamenta que «aceite ahora no podemos dar por el robo» pero no es lo único que escasea. Así, indica que las reservas de leche también están bajando de forma considerable y han tenido que limitar el reparto de este producto porque, además, en la llegada de alimentos que esperan provenientes de fondos europeos, a través del Ministerio de Agricultura, esta vez no llegará ni leche ni aceite.

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Sobre cómo llegan hasta aquí quienes reciben la ayuda, detalla que se atiende a nueve parroquias, con distintos días de reparto según el centro. «Las familias deben justificar que tienen esa necesidad, se les hace la ficha y una vez al mes vienen a recoger los alimentos, que se dan en proporción de la unidad familiar».
 
Además, señala que los alimentos llegan a través de tres vías; mediante el Banco de Alimentos, a través de los fondos europeos; del Banco de Alimentos pero de donaciones de particulares «y también productos que nosotros compramos con el dinero que vamos recibiendo de las parroquias, como huevos, patatas, detergentes, geles, etcétera».
 
Ahora tenemos menos cantidad de alimentos, leche por ejemplo nos llega mucha menos; y además ahora tenemos más familias. El año pasado eran 350 y este año ya son 400″, reitera Manjavacas que, como sus compañeros, pone el acento en la necesidad de la respuesta social ante la dramática situación que viven muchas familias de nuestra ciudad.
 
De hecho, tanto José como otros compañeros indican que la cantidad que tienen ahora almacenada en estas instalaciones es mucho menor que la que era habitual en otras temporadas en Albacete. Y ello, además, en una época en la que las familias que necesitan ayuda van en aumento y el precio de la cesta de la compra se ha incrementado de manera muy notable.
 

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UNA LABOR IMPAGABLE
 
El martes estos voluntarios llegan a primerísima hora para ir preparando los productos que recogerán las familias atendidas. Trabajan en cadena para el reparto pero, una vez que ese día ‘echan la llave’ su impagable labor no ha terminado hasta el martes siguiente. El resto de días también se organizan para ir a recoger los productos al Banco de Alimentos, comprar lo que se necesita y pueden con las aportaciones que reciben o gestionar las donaciones que a veces llegan de entidades o empresas privadas, por ejemplo.
 
Estamos muy agradecidos con la campaña de la FAVA para recoger aceite porque aquí ya hace semanas que no tenemos para repartir», recuerda Manjavacas, sobre el triste robo que sufrieron recientemente de unas 900 botellas del denominado ‘oro líquido’.
 
Así, cuando reciban el aviso de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Albacete deberán organizar también la recogida del aceite recaudado en las decenas de instalaciones de estas asociaciones que se encuentran repartidas por la ciudad.
 
Un trabajo altruista y voluntario al que dedican buena parte de su tiempo libre, pero con el que todos se muestran profundamente satisfechos. Ninguno entiende que alguien pueda robar y «menos a los pobres», como sucedió en estas instalaciones, pero confían en poder solventar la situación con la solidaridad de los vecinos de Albacete.
 

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Por cierto que ante las advertencias que han recibido por parte de algunos vecinos de que se podrían haber estado intentando vender las botellas del robo a mitad de precio, en algunos barrios de Albacete, cabe recordar que que esas botellas de aceite cuentan con el etiquetado de «prohibida su venta» por lo que son fácilmente identificables. ¿Por qué tienen este etiquetado? Porque se trata de botellas de aceite provenientes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), a través del Fondo Español de Garantía Agraria O.A. (FEGA).

La entidad realiza, de manera periódica, aportaciones de alimentos de primera necesidad a organizaciones como Cáritas y Cruz Roja, en toda España y también en Albacete, para que puedan repartirlas a través de proyectos como estas instalaciones de Hermanos Falcó. 

José Manjavacas muestra una botella como las que robaron, con etiquetado de la UE que indica que es un producto que no se puede vender.

 

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Es importante recordar también que si se quiere colaborar con este grupo de Cáritas se puede llevar aceite a las instalaciones de las asociaciones de vecinos de Albacete, integradas en la FAVA, que durante estos días están recogiendo el producto para hacerlo llegar después a los voluntarios, que podrán, por fin, volver a repartir aceite entre los cientos de familias necesitadas a las que atienden aquí.

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