El cloroformo, sin ser la sustancia ideal para la anestesia en la práctica quirúrgica, sí que se conoce como un potente anestésico al interactuar con ciertos receptores del sistema nervioso.
Además, según la Wikipedia, es sorprendentemente fácil de preparar con remedios caseros. Solo tenemos que tener a mano lejía y quitaesmaltes. Pero no es el momento de jugar a químicos, que las armas las carga el diablo.
Púes fíjate, amable y querido lector, si debe ser fácil de conseguir el deseado anestésico, que desde el 23 de mayo de este año noto que nuestra sociedad ha entrado en un estado de sopor alarmante. Sopor que se ha visto agravado a partir del 21 de noviembre, con una sensación de fatiga y adormecimiento generalizado. Debe de ser, que como se trata de una sustancia incolora, de aroma agradable y con un ligero sabor dulce, nos lo tragamos sin más, sin pensar, y claro, luego vienen las madresmías.
Sí no es porque estamos bajo los efectos de la dichosa sustancia; ¿Cómo vamos a permitir, sin rechistar, que el Gobierno de Cospedal le sise a las viudas de Castilla-la Mancha 400 €?, ¿Cómo vamos consentir el despido masivo de profesionales de la enseñanza?, por no hablar del frenazo a la inversión en obra pública, la bajada del sueldo a los funcionarios, eso sí, a cambio de más horas de trabajo, que hay que ser justos con la medida, o la estocada traicionera que Cospedal le ha dado a la Sanidad en nuestra Región.
Solo bajo los efectos del cloroformo podemos asistir sin inmutarnos al desmantelamiento de los Centros de la Mujer en nuestra Región, al despido de las trabajadoras de dichos Centros y presenciar, cual Don Tancredo, la incertidumbre que planea sobre las mujeres usuarias de las Casas de Acogida y los Centros de Urgencias para mujeres maltratadas.
Solo desde el sopor que produce la anestesia podemos tolerar sin montar en cólera al anuncio de la paralización de la construcción de 800 nuevas viviendas de protección oficial.
Solo esa modorra que te entra cuando se ingiere una sustancia de este tipo, y que hace poco menos que imposible que acudas a tu Ayuntamiento a quejarte por el recorte de los Fondos para los Planes de Acción Local por el Empleo y que no solo va a dejar sin el único medio de subsistencia que tenían miles de ciudadanos y ciudadanas de Castilla-La Mancha, sino que también los va a privar de recuperar el derecho a percibir las prestaciones por desempleo.
Si no es porque estamos cloroformizados, como no vamos a rechazar con vehemencia la suspensión de toda la obra nueva y la paralización de la que ya está en marcha en materia de carreteras, y que hará que nos quedemos sin la Autovía que nos uniría con Cuenca, la que uniría los Polígonos Industriales de Campollano y Romica y la que nos conduciría al Aeropuerto, claro que para qué, también ésta infraestructura está en fase de desmantelamiento.
La alquimista regional ha mezclado, con una maestría que para sí quisiera Morgana, los ingredientes en su justa medida, ha conseguido enviar a la atmósfera una cantidad de sustancia anestésica suficiente para atontarnos, sin que los redactores del protocolo de Kioto puedan hacer nada al respecto y , de momento, solo de momento, ha conseguido su propósito.
Y digo solo de momento, porque a una sociedad como la nuestra no se nos puede tener bajo los efectos de la anestesia mucho tiempo, no se nos puede estar contando verdades a medias constantemente y se nos puede engañar una y dos veces, pero raramente una tercera.
Y cuando la sociedad ya no admita más cloroformo y se despierte, dejará a la alquimista regional con sus redomas y alambiques, como a Morgana, sóla, perdida entre las brumas de la isla de Avalon.