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Don Mariano ‘El silencioso’

Tenemos un presidente del Gobierno que, para ser político, le gusta menos hablar que a Bob ‘El Silencioso’.
Bob es un personaje ficticio y forma parte del ‘Universo View Askew’, creado por el director cinematográfico Kevin Smith, para contextualizar varias de sus películas, cómics y series televisivas. De hecho, Jay y Bob ‘El Silencioso’ han aparecido en casi todas las películas de Kevin Smith. Jay es quien lleva la voz cantante en todo, hablando siempre más de la cuenta y empleando una gran cantidad de tacos y palabras malsonantes, mientras que Bob apenas articula palabra, aunque dice al menos una frase en cada película en la que aparece.
Pues eso le pasa a nuestro presidente del Gobierno que dice poco más de una frase sobre cada uno de los temas que preocupan a la ciudadanía española. Eso sí, son frases lapidarias la mayoría de ellas y, lamentablemente, luego no se corresponden con la realidad de sus actuaciones.
Solo desde esta premisa se puede entender que el 19 de diciembre, en el Debate de Investidura, dijera que “mi intención es no subir los impuestos, porque en estos momentos no es lo mas razonable” y 10 días después, subiese el I.R.P.F.y el IBI, además de introducir un gravamen complementario a las rentas del ahorro y no despegar el pico desde entonces.
Solo desde esta hipótesis se puede comprender que en la misma sesión dijera que “no hay que mirar atrás, no hay que buscar culpables de la situación, hay que mirar adelante para construir entre todos una España mejor los próximos cuatro años” y, tan solo quince días después, Arias Cañete dijera que el Gobierno anterior había dejado la peor herencia de nuestra democracia y que fuera coreado en los mismos términos por el portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, sin que hasta la fecha D. Mariano ‘El Silencioso’, les reconvenga y les diga que no hay que mirar por el retrovisor sino gobernar, que para eso han obtenido el respaldo mayoritario de la ciudadanía.
Solo desde este argumento se puede concebir que, en la misma sesión, dijera que “hay que decir siempre la verdad, aunque duela, decir la verdad sin adornos ni excusas, llamar al pan, pan y al vino, vino».
Pues no ha dicho la verdad. Su coartada para incumplir la palabra dada en el Congreso de los Diputados ha sido recurrir al aumento del déficit (del 6% previsto al 8% real), a pesar de que este incremento se debe al incumplimiento de los objetivos de déficit por parte de las Comunidades Autónomas, la mayoría de ellas con Gobierno del PP.
Ni yo, ni tu, querido lector, nos creemos que nuestra particular alquimista regional no advirtiese a D. Mariano ‘El Silencioso’ de que ni Valencia, ni Murcia, ni Baleares, ni Castilla-la Mancha, ni Cataluña, iban a cumplir con el objetivo de déficit. Así que de sorpresa, nada de nada, y de imprevisto, aún menos.
Estás medidas estaban premeditadas de antemano, aunque durante la campaña electoral se negasen, se volviesen a negar en el Debate de Investidura y no se hayan explicado por parte de quien lo debe hacer, y esa persona no es otra que el presidente del Gobierno.
Por cierto, según se ha publicado, D. Mariano no ha estado tan silencioso con Angela Merkel y con Durao Barroso, a los que parece que habría puesto en antecedentes de sus intenciones.
Tiene la cosa guasa, la canciller alemana sabe por boca del presidente del Gobierno que los funcionarios seguirán con el sueldo congelado, trabajaran más horas a la semana, pagaran más impuestos, también conoce que los pensionistas seguirán perdiendo poder adquisitivo y que no habrá más beneficiarios de la Ley de la Dependencia, mientras que aquí, en España, lo único que sabemos del presidente del Gobierno es que felicitó la Navidad a las tropas española en el extranjero, a través de videoconferencia.
Una de dos, o Don Mariano ‘El Silencioso’ es así, o es que se expresa mejor en Alemán y Portugués que en Castellano.