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El Debate que yo vi

A las 21,45 horas del pasado 7 de noviembre, doce millones de espectadores nos sentamos frente al televisor, no para ver a Cristiano Ronaldo vs Messi, sino para escuchar y ver lo que nos ofrecían los dos candidatos que más posibilidades tienen de ser presidente del Gobierno de España a partir del próximo domingo.

Sobre quien gano el debate, si es que alguien gana en este tipo de debates, me declaro agnóstico. Es decir que, para dar mi opinión sobre El Debate que yo vi, me baso, exclusivamente, en la observación y en las experiencias, y dejo para otros doctos analistas los sentimientos, los pareceres, las creencias y las impresiones.

Y a los hechos me remito.

Rajoy, a pesar de haber sido ministro de Educación, de Geografía andaluza anda un poco pez, al situar Cazalla y Constantina en Cádiz y no en Sevilla.

De Economía tampoco anda muy fino, al no reconocer que las ayudas al sector financiero contienen un pacto de recompra, es decir el dinero retornará al Estado.

Sobre el modelo austriaco de cobertura de desempleo que propuso Rajoy  mejor ni hablar. Que tendrá que ver la cobertura por desempleo que existe en España, con las aportaciones individuales que hacen los trabajadores austriacos a lo largo de su vida laboral y a la que acceden, no solo cuando se pierde el empleo, sino cuando se quiere mejorar la formación e incluso moverse de empresa.

Sobre cotizantes/pensionistas, menudo cacao de cifras tiene Rajoy, o no las leyó bien o se equivocó de línea. Según los datos oficiales, existen 2,47 cotizantes por cada pensionista y no 6 pensionistas por cada cotizante como nos contó el lunes.

Respecto de la burbuja inmobiliaria, ¿Cómo pretende Rajoy culpar a los demás de los efectos que tuvo una Ley aprobada por un Gobierno del que el formaba parte? Acaso no se acuerda que cuando se aprobó la Ley, muchos terrenos rústicos dispararon su precio solo por la expectativa de ser urbanizables en un futuro.

Respecto de la educación pública y privada, Rajoy, que además vive en Madrid, me extraña que no sepa que desde que Esperanza Aguirre es presidenta de la Comunidad de Madrid, solo 5 de cada 10 alumnos madrileños estudian en la escuela pública y que, además, en la parte autonómica de la Declaración de la Renta ha introducido una deducción fiscal pos gastos de escolaridad en centros privados.

Por lo que respecta al apoyo al sector sanitario privado, me extraña que Rajoy, que además sigue viviendo en Madrid, tampoco sepa que el año pasado la Comunidad de Madrid aumentó un 34% el dinero que se destina a pagar la asistencia sanitaria concertada y redujo la que asigna a los hospitales de gestión pública.

Por último y como colofón al despropósito, Rajoy aseguró que en el año 2004 el programa electoral de su partido llevaba las «uniones de hecho» con «los mismos efectos jurídicos» que la ley aprobada por los socialistas.

En la oferta que los conservadores presentaron en 2004 no aparece ni una sola mención a las «uniones de hecho». Sí se comprometían a promover «una ley reguladora del contrato de unión civil estable, inspirada en los principios de libertad, seguridad jurídica y respeto a la intimidad que ampare las situaciones de las personas que quieran formalizar su convivencia estableciendo los efectos jurídicos que deseen atribuir a la misma». No hay una sola mención expresa a las personas del mismo sexo. Y tampoco, obviamente, a la igualdad de efectos jurídicos.

Si el programa de este año parece que no se lo ha estudiado mucho, del correspondiente a 2004, menor ni hablemos.

En definitiva, este es el debate que yo vi y el debate que yo escuché. A la luz de los hechos, de la observación y de la experiencia, dime, querido lector: ¿Quién gano el debate?