Como ya ocurrió en 1997, la Mesa del Agua del Municipio de Albacete se ha tenido que constituir para defender los intereses de Albacete ante el texto que sobre el Plan Hidrológico del Júcar pretende aprobar la Confederación del ídem, y como llueve sobre mojado, nunca mejor dicho, el Partido Popular tampoco esta vez está por la labor.
Si por aquellos tiempos era la ministra de Medio Ambiente, a la sazón Isabel Tocino, la que sentenció que “históricamente, los caudales del Júcar son solo de los usuarios valencianos”, ahora es la Consejera de Fomento, la albaceteña Marta García de la Calzada la encargada de vender las bondades del nuevo Plan Hidrológico del Júcar, diciendo que “garantiza las demandas de Albacete y Cuenca”.
La misma tontuna (con perdón) era decir entonces que el agua del Júcar solo puede ser para uso de los regantes valencianos, como si los albaceteños o conquenses no tuviésemos derecho a la vida, que asegurar ahora que el nuevo texto resuelve los problemas de Albacete y de Cuenca, a la vez.
Ante tamaño disparare, en ambas ocasiones, vecinos, consumidores, sindicatos de clase, organizaciones agrarias y partidos políticos (a excepción del PP), se han tenido que organizar para decir alto y claro que el nuevo texto, otra vez más, perjudica a los castellano-manchegos y beneficia a los usuarios valencianos. En 1997 era que el río Júcar debería ser un río de todos y ahora es que no podemos permitir que, en tiempos de sequía, la ciudad de Albacete tenga que pagar una tarifa extraordinaria por el agua superficialque utilice para abastecimiento humano procedente del río Júcar, o que el abastecimiento de Albacete con aguas superficiales del río Júcar no sea prioritario, respecto de los usos de su cuenca hidrográfica.
El tiempo pasa y los problemas siguen siendo los mismos y, curiosamente, en ambos momentos el Gobierno Central y el Municipal estaban en manos del Partido Popular, no así el regional, y en ambas situaciones se encontraba al frente de los regantes manchegos Francisco Belmonte, que fue objeto de recias críticas populares entonces y ahora.
En 1997, el PP reprobó a Paco Belmonte por su actuación en defensa de los intereses de los regantes albaceteños y, ahora, 16 años después, el pasado sábado, para más señas, el vicepresidente de la Diputación Provincial, el ‘popular’ Constantino Berruga, se descolgó diciendo que «…..ha actuado de manera personal y ha actuado con deslealtad hacia las instituciones que están defendiendo los intereses de los regantes de Albacete. Ha tenido una actitud chulesca y prepotente y lamentamos que los regantes de Albacete estén defendidos por una persona que no está capacitada para el cargo porque antepone sus intereses a los intereses de los regantes”, y en ambas ocasiones Paco dijo sentirse orgulloso de sus decisiones, llegando ahora más lejos al afirmar que “»a mí no me extraña que Valencia y Murcia defiendan este plan, pero los míos, a los que yo he votado para que me defiendan y me representen, ¿dónde están?, ¿de parte de aquellos?, pues si eso es ser desleal lo seré a muchísima honra digan lo que digan los políticos del PP, que lo primero que han perdido es la ecuanimidad y lo segundo la vergüenza».
Constan, me temo que se te has pasado varios pueblos al arremeter de esta forma contra el presidente los regantes albaceteños, cualquiera con dos dedos de frente puede entender que Paco no puede ser el objetivo de las iras populares simplemente por el hecho de no decir “si bwana”, que es lo único que os gusta oír, y ponerse al lado de los suyos, de los que lo han elegido y a los que no les ha sentado nada bien lo que se ha escrito en el Plan del Júcar sobre los regantes valencianos y manchegos, donde los de siempre salen beneficiados y los otros, los nuestros, se quedan relegados a jugar en un liga menor.
En 1997, el entonces alcalde ‘popular’ Juan Garrido entendió que era mejor ponerse del lado de las gentes de Albacete que tenerlas enfrente, y se sumó a la macro manifestación del 23 de abril y como si del mismísimo San Jordi se tratase, emprendió una particular batalla, no contra ningún dragón, sino contra un ser mucho más duro y despiadado, la cúpula de su propio partido.
Ahora, en 2013, visto como Constan se ha empleado contra el presidente de los regantes, mucho me temo que la Sra. Bayod no osará, ni tan siquiera susurrar al oído de la presidenta regional, que no estaría nada mal suprimir el punto 2 del artículo 57 del Texto del Plan Hidrológico, que es el que nos obligará a pagar cánones extraordinarios a Iberdrola y a los regantes valencianos, por beber agua del Júcar en época de sequía.
Hay que superar el Alzheimer político que sufren alguno de nuestros representantes, y si es necesario hay que forzarlos a recordar, que ya en 1997 la sociedad albaceteña levantó la voz contra la pretendida utilización en exclusiva de los caudales del río Júcar por los usuarios valencianos, por lo que ahora debemos hacer lo mismo y hacerles comprender a los actuales responsables políticos locales, provinciales y regionales, que una cosa es defender a ultranza a sus dirigentes y otra muy diferente comulgar con ruedas de molino, debemos oponernos todos, incluso el PP, a que en época de sequía el agua sea más cara, porque hay que pagar un canon extraordinario a Iberdrola y a los regantes valencianos por usar para el consumo de la población el agua que pueda quedar almacenada en el Pantano de Alarcón, siendo, como es, prioritario el consumo humano sobre otros uso, pero es que esto tampoco está demasiado claro en el famoso texto de la Confederación.
Si no te gusta lo que pasa y como se está gestionando todo esto, puedes mostrar tu oposición sumándote a la campaña que ha organizado la Mesa del Agua, a través del siguiente enlace: http://chn.ge/HBmSBc. Resulta obvio decir que cuantos más seamos mejor, pero nunca viene mal recordarlo, como tampoco viene mal recordar, en esta caso por inesperado, que el Alba sigue al frente de la tabla clasificatoria cuando se llevan jugadas 13 jornadas, por lo que el mal fario de los supersticiosos también se ha superado.Que siga la racha.