Por desgracia para nosotros, pobres mortales, no es oro todo lo que reluce.
La reforma de la Administración Local que nos ha vendido el PP, cual bálsamo de fierabrás que cura todos los males que aquejan al municipalismo desde que se inventó el primer Ayuntamiento, va camino de resultar un fiasco en toda regla, y si al Ingenioso Hidalgo la ingestión del bálsamo no le acarreó otra cosa que sudores y vómitos, en la sufrida ciudadanía española la aplicación de la dichosa Ley tendrá efecto laxante, porque como le ocurrió a Sancho cuando probó el bálsamo, al no ser caballero andante, los efectos son distintos y mucho más vulgares. Porque convendrás conmigo, querido lector, que no es lo mismo ser diputado que parado.
Donde los padres de la patria ven una Ley que “evita los desfases del pasado y que establece un control más exhaustivo por parte de los entes autonómicos y nacionales de las corporaciones locales” (Rajoy dixit), una persona desempleada de Albacete lo que ve, con enorme sufrimiento, es un retraso incomprensible en la puesta en marcha de las medidas extraordinarias de empleo que ha venido anunciando la alcaldesa desde el pasado mes de junio, y que tras nueve meses de gestación todavía no hay fecha para el feliz alumbramiento, y eso que los padres estaban de acuerdo en el nombre de la criatura, los padrinos dispuestos a poner encima de la mesa toda su sapiencia para encauzar al recién nacido por el buen camino y los invitados al bautizo deseosos de comenzar la ceremonia de presentación de solicitudes. Pues ni por esas, la dichosa Ley obliga al consistorio a pedir permiso previo a la Comunidad Autónoma, léase a Doña Carmen Casero & Company, y al Ministerio de Hacienda, léase Don Cristóbal Montoro, casi nadie al aparato. Y es que también en esta Ley, no es oro todo lo que reluce.
Como tampoco era oro todo lo que relucía en la rueda de prensa que ofrecieron los concejales de Empleo y Transportes, junto a responsables de las compañías Alsa e Iberia, para anunciarnos, ¡Pásmate Hilaria!, que desde hace ocho meses se puede viajar en autobús desde Albacete hasta la T4 del Aeropuerto de Madrid-Barajas y subirte a un avión con destino a medio mundo o al mundo entero, porque ya puestos a anunciar que más da, con un único billete que aúna los dos servicios, facturación de equipaje aparte, que eso sí que sería novedoso, pero está claro que no hay nada perfecto en este mundo, salvo mi abuelo, que atendía, cuando le parecía bien, por el nombre de Perfecto.
Lo que no soy capaz es de calibrar la importancia que esta noticia puede tener para la ciudadanía albaceteña, porque novedosa, lo que se dice novedosa, no es, por mucho que los dos concejales en cuestión pusieran cara de interesantes en su comparecencia.
Como tampoco es oro todo lo que reluce en las cuentas municipales, es cierto que tenemos un remanente líquido positivo de unos cuantos millones de euros que solo podemos destinar a amortizar deuda, pero no es menos cierto que todos esos millones aún se los debemos a los bancos, con sus correspondientes y jugosos intereses.
¿Alguien puede entender que se presuma de haber saneado las finanzas municipales, cuando todas las cifras positivas que aparecen en los documentos municipales, lo son como resultado de haberse endeudado hasta las cejas, por un lado, y por otro, de haber sometido al Ayuntamiento a un estricto régimen de adelgazamiento, que ya le gustaría haberlo patentado al mismísimo Dr. Dukan?
Pero no queda ahí la cosa, resulta que ese Remanente solo lo podemos destinar a amortizar deuda, no a intentar echar una mano a esa parte de la ciudadanía que peor lo está pasando, que sería lo lógico y lo natural, sino a amortizar deuda, que parece que a los dirigentes del PP es lo único que les importa, pero como resulta que tampoco tiene mucha liquidez el Ayuntamiento, porque la Jefa Regional adeuda más de 16 millones de euros, (sí, has leído bien), habrá que volver a endeudarse para pagar la deuda anterior.
En resumidas cuentas, que se utilizará ese Remanente que se debe a los bancos para amortizar parte de otra deuda, pero como no tenemos suelto porque Cospedal no paga lo que debe, pues habrá que pedir un crédito de tesorería para saldar parte de otra deuda bancaria. Vivir para ver, y el Plan de Empleo sin ponerse en marcha y la partida de “Otros Gastos de Acción Social” bajo mínimos. Y es que los gobernantes del PP tienen estas cosas.
El que no luce ni reluce ni a la de tres es Gallardón y su más que contestada reforma de la Ley del Aborto. Más de una y más de dos de las personas que asistieron a la manifestación convocada por la red feminista el pasado sábado por las calles de nuestra ciudad, se preguntaban cómo podía celebrar el PP el Día de la Mujer, cuando el ‘ministro de las Injusticias’ insiste, una y otra vez, en mantener vivo su proyecto de cercenar de raíz el derecho que tiene cualquier mujer embarazada a decidir por sí misma si continúa, o no, adelante con su embarazo, con independencia de lo que piense el cura de su parroquia, el médico del Centro de Salud de la esquina o la concejala de la Mujer de nuestro Ayuntamiento, que dicho sea de paso, se tuvo que tragar el sapo de ver como el Consejo Municipal de la Mujer, que ella misma preside por delegación de la alcaldesa que no asiste porque no puede, porque no quiere, o porque no le interesa, que vaya usted a saber, aprobaba casi por unanimidad de las asistentes una resolución de reprobación a la reforma de la Ley del Aborto, que apadrina y patrocina el ‘ministro de las Injusticias’. Un sapo de tal calibre, que todavía está tratando de hacer la digestión, y eso que terminó con el Almax que había por el vecindario.
Pero tranquilo querido lector, que al igual que no es oro todo lo que reluce, tampoco hay mal que cien años dure, y buena prueba de ello la tenemos en la victoria del Alba sobre el Écija. No se derritieron los nuestros en la sartén de Andalucía, pues fueron capaces de hacer subir dos goles al casillero de los visitantes, que valen tres puntos y que saben a gloria, después de haberse dejado por el camino otros siete en los últimos tres partidos, que se dice pronto. Ea, pues que siga la racha …. del Alba, se entiende, ¿Verdad?.
