Carmen Bayod, como los malos árbitros de fútbol, intentó ser la protagonista del Pleno de finales de Marzo al no querer dar la palabra a dos colectivos ciudadanos que habían solicitado intervenir al finalizar la sesión plenaria.
Uno de ellos, la Asociación de Vecinos del Salobral, se tuvo que conformar con exhibir en sus pancartas, y de forma silenciosa, las reivindicaciones que querían plantearle a la alcaldesa de viva voz.
Sus solicitudes de moratoria para presentar los certificados que acreditan que han pasado las inspecciones técnicas de sus viviendas, y de ayudas para las economías más modestas, en el caso de tener que acometer obras de rehabilitación en sus casas, solo se pudieron leer en los carteles con los que se presentaron en el Salón de Plenos, ya que por decisión unilateral de la alcaldesa de Albacete, su voz y su imagen no quedaron registradas para la posteridad en la grabación del Pleno, sencillamente, porque nuestra Alcaldesa no soporta las críticas. Sí, sí, ese y no otro es el motivo, aunque resulte difícil creer que a un colectivo organizado se le puede retirar la palabra por un sentimiento tan pueril. Pero no queda ahí la cosa, la versión oficial de la negativa, al menos la utilizada vía telefónica, no deja de ser menos ridícula y patética, puesto que se argumentó desde el Gabinete de Alcaldía que no podían intervenir, porque el Pleno iba a terminar muy tarde, y claro, pues ya no son horas … Ea, cosas de Carmen Bayod.
A los representantes en Albacete de la Plataforma en Defensa de los Servicios Sociales en Castilla-la Mancha no les fue mucho mejor, y su petición de intervenir ante el Pleno corrió a misma suerte que la de los vecinos del Salobral, sus labios debieron de permanecer mudos y sellados con la mordaza de la intransigencia y de la falta de sentido común, ante lo que consideran un ataque en toda regla a los Servicios Sociales, tras la entrada en vigor de la Ley que reforma la Administración Local. Una Ley que ya NO garantiza el derecho al acceso a los servicios sociales por parte de la ciudadanía, sino que apuesta por un Estado basado en la beneficencia.
Carmen, que huye de las críticas públicas como el gato escaldado lo hace del agua fría, prefirió mirar para otro lado, escurrir el bulto y escuchar antes a la oposición, acusándola de intransigencia o despotismo, con tal no tener que atender a las demandas que le pudieran plantear los vecinos o las profesionales de los Servicios Sociales. En cuestión de gustos, ya se sabe que no hay nada escrito.
Hay que reconocer que tenemos una alcaldesa de lo más peculiar y sorprendente, si ya de por sí resulta injustificable que le niegue la palabra en el Pleno a colectivos ciudadanos, aún teniendo derecho a ello, lo más curioso es que permitió, aplicando un criterio mucho más que sui géneris, la intervención de la Plataforma Ciudadana contra la Ley Mordaza. ¡¡Toma ya!!
Vamos que no le importaba escuchar el discurso de quienes critican, y con razón, Leyes que atentan contra de los derechos individuales y colectivos de la ciudadanía, mientras que a la vez, con su negativa, silenciaba otras voces disconformes con la política del Partido Popular en materia de Servicios Sociales y Urbanismo. Vivir para ver.
Y como no hay dos sin tres, el mismo día en que la alcaldesa de Albacete trataba de amordazar a la ciudadanía, el Consejo General del Poder Judicial hizo público un informe en el que por unanimidad, que ya es decir, tacha de inconstitucionales varios puntos de la Ley de Seguridad Ciudadana, impulsada por el Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz.
Joer, ya es tener mala suerte, el mismo día en el que la alcaldesa de Albacete intenta adelantar por la derecha al ministro más derechoso de todo el Gobierno, aplicando su Ley Mordaza particular por la vía de los hechos, que no por la de los derechos, el máximo órgano de la Judicatura se pronuncia para dictaminar que de mordazas, más bien las justas, que más piano, que primero está la Constitución y luego las leyes, y si estas últimas vulneran algún precepto constitucional, como parece que ocurre en este caso, pues se siente, se rechaza, se envía al cajón de las propuestas fallidas y a otra cosa, mariposa.
Y es que hay días que no está uno para nada. Que es lo que debieron pensar los seguidores de La Hoya de Lorca, que vieron como después de meterse entre pecho y espalda 400 kilómetros, su equipo del alma no solo se dejaba tres puntos en el Carlos Belmonte, sino que perdía el liderato y el gol average particular con el Alba, que visto lo visto puede ser lo que decida cuál de los dos equipos finalizará la liga encabezando la tabla clasificatoria.
Donde no hay duda alguna es en conocer la identidad del concejal o Concejala que encabeza esta semana el ranking de la torpeza política en nuestro Ayuntamiento. Así es, no podía ser otro que ‘Caduqueitor’.
¿Cómo se puede afirmar en el Pleno, como se afirmó, que el Ayuntamiento “podrá”, no que “tendrá”, que realizar subsidiariamente las Inspecciones Técnicas de la Edificación a aquellos inmuebles que no la hayan presentado en el plazo establecido para ello, que por cierto concluyó el último día de Marzo, sin llamar a la rebelión y a la frustración de la ciudadanía?
Solo a un Concejal tan pasota como a ‘Caduqueitor’, se le puede dar tan bien agraviar en una misma frase a los ciudadanos que han presentado la documentación de su vivienda en tiempo y forma, y además llamar a la rebelión de los que no lo han hecho por el motivo que fuera o fuese, ya que como afirmó en el Pleno, el Ayuntamiento no puede ir el mismo día a inspeccionar todas las viviendas que no han presentado la documentación, lo hará cuando corresponda, signifique esto lo que signifique. ¡Viva la seriedad y la responsabilidad! Para este viaje no hacían falta tantas alforjas.
Y mientras aún resonaban en la ciudad los ecos del gol de Carlos, nos enteramos de que una mujer socialista de ascendencia andaluza, y de nombre Ana, será la próxima alcaldesa de París. Triunfo electoral que no ha logrado amortiguar el varapalo que han recibido mis compas franceses en estas elecciones municipales y que han venido a corroborar el peligroso (al menos a mi juicio) aumento de votos que ha recibido la extrema derecha.
Ya sabes, cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar.