¿Será rentable el nuevo Centro Deportivo que se construirá (Dios, Alá, Mahoma, la Divina Providencia, o la voluntad ciudadana no lo quiera) junto a la piscina del Paseo de la Cuba?, y si lo es, ¿Para quién lo será?
El pasado mes de mayo la alcaldesa de Albacete y sus 15 concejales y concejalas, dieron luz verde, en solitario y con el rodillo de la mayoría popular encima de la mesa, al inicio de los trámites para la construcción de una nueva instalación deportiva en Albacete, ubicada en un solar de propiedad municipal de 9.215 m2, que será cedido ‘gratis et amore’ a la iniciativa privada para que construya y explote durante un largo, larguísimo periodo de tiempo una instalación, según nos cuenta el propio concejal de Deportes, de ocio familiar multifuncional y polivalente, para el disfrute de propios y extraños en actividades acuáticas, fitness y deportes diversos dirigidos a todas las edades, primando especialmente una mejor oferta para niños y mayores.
Tanto la construcción del mismo, como su posterior gestión serán llevadas a cabo a expensas, exclusivamente, de la empresa adjudicataria, por lo que el coste para las arcas municipales será de «cero euros», según apuntó el concejal de Deportes. Vamos, todo muy bonito, ideal de la muerte y muy chahi piruli.
El calendario previsto no era menos guay, el procedimiento de licitación pudiera estar concluido en Septiembre pasado, que va a ser que no, y la instalación estaría lista para revista, con las macetas regadas y las banderas puestas a finales de este mismo año, que va a ser que tampoco. Pero una cosa es lo que la alcaldesa quiere y otra muy distinta lo que realmente ocurre (y es que esto le pasa muy a menudo).
En junio el PP encarga el estudio de viabilidad económico financiera de la concesión a una empresa de Alcalá de Henares, que como todo el mundo sabe es lo mejor que se puede hacer, encargar a una empresa de fuera que estudie algo que solo ocurre aquí y fíjate querido lector sí el acierto fue tal, que en tan solo un mes la empresa solventa la cuestión y entrega el famoso estudio, que en treinta y seis páginas, carátula incluida, destripa la realidad económico-deportiva de nuestra ciudad y concluye, como no puede ser de otra forma, porque para eso se le pagan 18.000 euros del ala, que la nueva instalación es viable desde todo punto de vista. A 500 pavos el folio, que diría el castizo, hay gente que hace verdaderas maravillas.
En síntesis el estudio dice lo siguiente:
La instalación es factible porque Albacete cuenta con 172.000 habitantes, pedanías incluidas y todos estamos como locos por hacer deporte y al menos el 4% de la población es poco menos que vigorexico.
La instalación es viable porque solo necesita contar con casi tres mil abonados que mantengan anualmente sus puertas abiertas, cuando la instalación privada de ocio que cuenta con mayor número de abonados no llega al millar y además son copropietarios de la parte que les corresponda del terreno.
La instalación es viable porque los precios de los abonos, aún estando por encima del ya muy encarecido IMD, tampoco son para tanto, total, que joven albaceteño de esos que no tienen trabajo, ni esperanzas de conseguirlo va a dejar de gastarse 504 € al año en abonarse a este Centro, o que jubilado no se puede permitir el lujo de invertir casi la pensión de un mes en el abono del Spa con lo sano que es eso, o mejor aún, que familia mileurista que se precie no aporta los recursos de un mes para asegurarse accesos ilimitados al centro acuático, clases de pádel y alquiler de pistas aparte, con lo que eso viste.
La instalación es viable porque solo cuesta siete millones y medio de euros todo incluido, como los cruceros. Bueno todo incluido no, el IVA va aparte. Aunque si tomamos como buenas las cifras que tiene aprobadas la Gerencia de Urbanismo para calcular el Impuesto de Construcciones, la suma final, y las parciales están un poco infladas. Pero esto tiene arreglo, que la obra se le adjudique a Sacyr y nos ahorramos una pasta.
Pero el tiempo pasa y el proceso de adjudicación aún no ha comenzado, menos mal, porque los cantos de sirena son una cosa y lo que dice la consultora en el último párrafo de la página 27, es otra, ya que basa la viabilidad del proyecto en que el Ayuntamiento en el pliego de condiciones que sirva de base para el correspondiente concurso garantice el mantenimiento económico de la concesión. Dicho en roman paladino, las empresas solo vendrán por aquí si el Ayuntamiento les garantiza que recuperarán la inversión y que obtendrán un beneficio razonable durante el periodo de la concesión (el propio estudio estima 20 millones de euros en 40 años) y solo hay una forma de hacerlo, poniendo dinero encima de la mesa, ese que dice el concejal que nunca se pondría.
De ahí que si este centro deportivo abre sus puertas alguna vez en las condiciones que prevé el estudio, esperemos que no lo haga nunca, la rentabilidad no será para la sufrida ciudadanía albaceteña, sino para la empresa que gane el concurso, o para el fondo de inversión que la respalde, que de todo habrá, como rentable en lo deportivo ha sido para el Alba el inicio del año, seis puntos de seis posible y colíderes.
Duros a cuatro pesetas no da nadie, con la que está cayendo lo que menos necesita la ciudad es embarcarse en un macropoyecto deportivo que nadie ha pedido, que puede suponer el principio del fin del IMD que hemos conocido hasta ahora y que nos puede costar a todos un buen puñado de euros durante muchos años, y que, no nos engañemos, ni permitamos que nos engañen, si es rentable para alguien solo lo será para quien ponga el dinero, todo lo demás solo serán brindis al sol y grandilocuentes declaraciones sin respaldo técnico alguno, como la supuesta repercusión económica que la llegada de la Vuelta Ciclista a España reportará a nuestra ciudad, que según la Sra. Bayod será de medio millón de euros, sólo por la llegada, porque la salida del día siguiente lo será desde un pueblo de Cuenca, cuando el presidente de la Diputación de Cádiz, el también popular José Loaiza, la establece en 150.000 €. Conclusión; alguien se ha columpiado. ¿Adivinas quién? Sí, eso es, yo también pienso lo mismo.
